Arepas Dora"itas" idea de Margarita
Fabricar arepas de puro chócolo, sin harina
ni preservativos, constituye el éxito de Margarita Buitrago Ríos con su empresa
familiar, Arepas Dora”itas”, la que lleva 17 años en el mercado. Los clientes
se han encargado de hacerlas conocer fuera de Colombia, en Brasil, EE.UU.,
Canadá, Francia y España.
Dora”itas” tiene su sede en la vereda Barro
Blanco del municipio de Rionegro, Oriente antioqueño, donde realiza las mayores
ventas. Igualmente, distribuye el producto en tiendas y supermercados de los
sectores Llanogrande, Santa Elena y Medellín.
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| Margarita Buitrago Ríos- Gerente Arepas Dora"itas" |
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| Amor, calidad y puro chócolo |
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| Arepas Dora"itas" vereda Barro Blanco, Rionegro, cerca a Medellín, Colombia |
De forma artesanal produce 1.500 paquetes de
arepas, diariamente, con cinco unidades en cada paquete. Margarita explica ”Uno
sabe que a la gente le gusta que sea muy
caserita, que no tenga preservativos y yo creo que por eso hemos estado en el
mercado tanto rato, porque tratamos de hacerlo lo mejor posible” Esta
producción equivale a procesar unos 20 bultos de maíz, por día.
Antes, Dora”itas” producía más de 2.000
paquetes diarios. Pero, la enfermedad y muerte del esposo de Margarita, Luis
Albeiro Parra Osorio, el 13 de mayo de 2016, obligó a reducir la producción. Él
era su compañero inseparable, gestor, luchador y coequipero en la empresa. Por
esto dejaron rutas como La Ceja y El Carmen. Sin embargo, muchos de esos
clientes llegan a comprar, directamente.
Con el rostro compungido Margarita manifiesta
que “cuando Albeiro estaba enfermo no éramos capaces de estar cuidándolo, citas
médicas, cirugías, etc., mi hija Claudia Patricia se quedó solita y le quedaba
muy duro. Estando él vivo tratamos de conseguir vendedores, tuvimos tres, pero
no pudimos con ninguno”.
Hoy, la empresa de arepas recupera su
dinámica, con el apoyo incondicional de Claudia Patricia, ingeniera de
sistemas, quien dejó un cargo privado para reforzar el equipo Dora”itas”,
cuando su padre sufrió un accidente de moto, hace ocho años. Claudia Patricia
participa en todas las tareas productivas y responde por el mercadeo y las
ventas.
El
secreto del sabor
Margarita opina que “el secreto es el amor y
trabajar con calidad, que sea sólo chócolo, sin
mezclas y que esté en un punto medio, lo cual es muy difícil. A veces
viene demasiado tierno, dulcecito, el sabor es muy rico, pero la arepita no
crece, o crece en las planchas y cuando se pone a enfriar se vuelve delgaditica.
Cuando el chócolo está más duro, es más simple y ya la calidad de la arepa
tampoco es igual. Hay un punto medio donde la arepita queda bonita, deliciosa,
pero no siempre lo podemos conseguir así”.
El punto ideal del chócolo es ni muy blandito,
ni muy duro. Depende del cultivo y de la cantidad de maíz existente en el
mercado, porque cuando hay escasez el productor lo saca como esté, para venderlo
más caro. A veces, lo guarda demasiado tiempo buscando precio alto y cuando lo
saca ya está muy duro.
Cuando el maíz está duro ”le echamos un
poquito de azúcar para conservar su sabor natural y porque le da el colorcito
doradito a la arepa. Tenemos clientes diabéticos que las piden sin azúcar del
todo y quedan más feitas, el color no es tan bonito”.
Margarita reconoce que este producto es muy
perecedero y que hasta ahora nunca le han echado conservantes. “nosotros no
podemos decir que hacemos una producción y que guardamos o que llenamos los
puntos de venta de arepas porque sabemos que se dañan”.
La congelación es la mejor forma de
conservarlas, como lo hacen en estaderos, restaurantes y supermercados.
También, se pueden conservar en frío, aunque en Rionegro duran tres días al
clima. En las tiendas, a veces, hay que hacer cambios porque las manejan fuera
del frío.
Proveen el maíz para Arepas Dora”itas” cultivadores
de varios municipios del Oriente antioqueño como San Vicente, El Carmen,
Marinilla, Guarne y La Unión.
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| Byron García y Jonathan Grisales pelan mazorcas de chócolo |
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| Esmir Henao también pela |
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| Verónica Salazar opera la máquina de moler |
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| Ma. Paulina Salazar desgrana el maíz |
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| Margarita Buitrago-Gerente-y Verónica Salazar asan arepas |
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| Enfriar, es parte del proceso |
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| Empacar y sellar, tareas finales |
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| Claudia Patricia Parra Buitrago ayuda en la administración de Dora"itas". Cada día, registra el vencimiento del producto |
Actualmente, seis personas laboran en la
famiempresa y son su principal fortaleza. Según Margarita, “desde que empezamos
tuvimos la idea de trabajar con mujeres cabeza de familia, madres solteras y
personas vulnerables, pero no siempre se puede, porque cuando se va un
trabajador, hay que conseguir rapidito el otro y no es como uno quisiera”.
Margarita ríe al afirmar: cuando se puede madres… cuando no, lo que resulte.
Esta emprendedora dice “Uno trata de cumplir
con los trabajadores, de pagarles puntual, porque uno necesita y ellos también.
Uno tiene que ser consciente de que si no fuera por ellos, uno no estaría aquí,
porque cuando alguien se va o está enfermo, uno se ve alcanzado de trabajo y
uno reconoce que ellos hacen mucho y sirven mucho. Para uno es esencial tener
un trabajador”.
La jornada empieza a las 7 a.m. hasta 3 o 4
pm. “Algunos son muy prácticos y aprenden a pelar y a desgranar rápido, pero eso
sí es como la práctica de la gente. Mientras más esté el chócolo en el capacho
más buena queda la arepa, porque uno podría comprar chócolo desgranado, pero ya
está viejo, deshidratado, entonces es mejor comprar el bulto de chócolo e ir
pelando y desgranando, es mucho mejor la calidad de la arepa”. Luego viene el
proceso de moler, asar, enfriar y empacar.
Todos los trabajadores son capacitados sobre
manipulación de alimentos, cada año, en el SENA y Comfenalco. Además, reciben
cursos de marketing, código de barras, Invima, área contable y financiera,
entre otros.
Margarita es consciente de que el producto es
bien recibido, por la fidelidad de sus clientes, desde hace mucho tiempo. Tanto
supermercados como particulares refieren a otros compradores. “Yo pienso que sí
hemos aportado un poquito a la sociedad, con la empresa y con los trabajadores,
no sé qué tanto”.
“Yo quiero mucho la empresa, hicimos un
esfuerzo muy grande y no hemos dejado de trabajar. La esperanza es seguir,
crecer un poquito más, aunque a veces lo frenan a uno cosas como escasez de
chócolo, que está muy caro. También, tecnificar un poquito, porque ahora todo es
muy manual” afirma Margarita.
Cómo se gestó la idea
“Yo veía en el mercado unas arepitas que me
parecían un engaño, porque eran una mezcla de chócolo y harina. Yo empecé a
tratar de sacar una arepita que fuera telita, económica, de chócolo puro”,
recuerda Margarita. La empresa nació el primero de febrero del 2000 y su esposo,
Luis Albeiro, la acompañó en esta aventura. También, ayudaron mucho Amparo hermana
de ella y Omaira –nena- hermana de él.
“Empezamos con kilitos de chócolo. Cuando ya
hacíamos medio bulto nos parecía un montón”… risas… “Y fuimos creciendo…teníamos
un apartamentico en el Porvenir y ya nos quedó chiquito, nos fue sacando a
nosotros de la casa, la empresita. Y luego, ahorrando y con préstamo logramos
conseguir aquí un lotecito y hacer la casa y ya gracias a Dios está libre, ya
no debemos”.
Inicialmente, un préstamo de ACTUAR por 3
millones de pesos, les permitió comprar
lo básico: una máquina de moler, una mesa, tres planchitas y los utensilios más
necesarios. “Luego con trabajo fuimos creciendo un poquito y comprando más
planchas. En este momento tenemos 18 planchas”.
Para el transporte de arepas siempre han
tenido un carro, como herramienta de trabajo. Pertenecía a Luis Albeiro desde
que cumplía labores agrícolas.
El nombre Dora”itas” surgió de las mismas
arepas. “Sacamos muchos nombres, cuando teníamos que bautizarlas… nos pusimos
un día a mirarlas y las vimos así...”
La famiempresa Arepas Dora”itas” ha sido
invitada a participar en varias Ferias de alimentos, organizadas por entidades
de Medellín y Rionegro, donde ha recibido el reconocimiento del público.
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| Sede Dora"itas" |















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