jueves, 19 de noviembre de 2015

Mujeres protagonizan mercado verde


Mujeres de ochenta municipios antioqueños, protagonizan el cultivo de alimentos orgánicos y el mercado verde que realiza Corantioquia, cada quince días, en su sede del barrio Naranjal, en Medellín, Colombia.

Más de 500 personas tienen acceso a este mercado verde, entre funcionarios, empleados y visitantes, cada 1º y 3º jueves de mes, en el tercer piso de la Corporación. El mercado verde funciona hace más de quince años, generando conciencia sobre alimentación nutritiva y saludable.

 Corantioquia impulsa el Mercado verde, con productos orgánicos, que se realiza en Medellín 
Cristina Elena Vélez, de Cultura Ambiental de Corantioquia, afirma que la entidad trabaja la agroecología formando campesinos, afrodescendientes e indígenas, para que entiendan sus predios como un espacio que aporta al medio ambiente y produzcan alimentos sin químicos, con abonos orgánicos.

Inicialmente, impulsaron los solares ecológicos. Hoy, la apuesta es por los hogares ecológicos, que además de producir alimentos limpios, involucran la familia, vecinos y entorno, con acciones como tanques captadores de agua, huerto para comida, sistema de cocción con leña de bajo consumo y alta eficiencia, huerto leñero, etc.


Cristina Elena Vélez, Subdirección de Cultura Ambiental,
  Corantioquia
“Las semillas nativas y criollas son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad” dice Cristina Elena Vélez. Para rescatar los saberes ancestrales, herencia de los abuelos, acuden al intercambio. Un campesino de mayor conocimiento invita a otros a su finca,la cual se convierte en aula abierta, donde comparte su legado agrícola. Luego, cada uno experimenta en su tierra esas enseñanzas y multiplica lo aprendido.

Así, funciona la Escuela ambiental, en el campo, donde se han formado unos 300 promotores agroecológicos, orientados por Corantioquia.

Blanca Sepúlveda, explica que “produzco orgánico porque no debo contaminar el suelo, el aire, las aguas y tampoco debo vender algo que le haga daño a la gente”. Participa en el mercado verde y tiene los puestos 176 y 177, en la plaza de mercado La América.

Es agricultora desde niña, cuando sus abuelos le enseñaron a cultivar sin químicos, en su pueblo natal Dabeiba, al occidente de Antioquia. Allí, los suelos son fértiles y la familia sacó buenas cosechas de maíz, fríjol, cacao, plátano, café, etc., debido a que los campesinos no queman el terreno, sino que lo dejan descansar y alternan los cultivos.

“Las montañas se van renovando sin la intervención del hombre, la semilla la riegan los animales, sobre todo las abejas, avispas y mariposas”, asegura Blanca.

Blanca Sepúlveda en sus puestos 176 y 177 de la plaza de La América

Cada día, los clientes buscan productos orgánicos
Cuentas claras en la venta

Calidad y buenos precios
Garantía en el pesaje
Hace 20 años, cuando Blanca estableció su granja en Barbosa, al norte de Medellín, encontró el suelo muerto, por lo que se integró a la Red Colombiana de Agricultura Biológica, RECAB, con la que aprendió compostaje y toda la parte ecológica para poder sembrar. “Aprendí a hacer suelo”.

Gracias a la RECAB, Blanca tiene dos puestos en la plaza de mercado, desde hace cinco años, donde vende orgánicos como zanahoria, remolacha, brócoli, pepino, alcachofa, habichuela, cidra, pimentón, ají dulce y picante, cebolla de rama y de huevo, tomate, repollo, fríjol verde y seco, lechuga, cilantro, vitoria, yacón, yuca, plátanos, guayaba, lulo, naranja,etc.

También, vende café y chocolate 100% naturales, arepas de maíz montaña germinado, miel de abeja pura, ajonjolí y chía –grano que dobla en propiedades a la linaza, por su mayor contenido de colágeno-. Además, vende pollos y huevos de gallinas de pastoreo, alimentadas con caña, forrajes, lombrices y plantas acuáticas.

La quinua y el amaranto los trae de Boyacá. Le proveen alimentos orgánicos, campesinos del corregimiento San Cristóbal y municipios como Barbosa, Girardota, Entrerríos, Rionegro, San Rafael, Yolombó, Ebéjico, Cañas Gordas y Santa Fe de Antioquia.

Blanca Sepúlveda transforma algunos productos de forma artesanal, para evitar que se pierdan las cosechas. Por ello, elabora salsa y pasta de tomate, encurtidos picantes y dulces, mermeladas de frutas, antipastos, sal marina con especias para aliñar sopas y carnes, entre otros.

Blanca Sepúlveda en el Mercado verde,
con hortalizas y alimentos procesados
La gente compra alimentos procesados







Blanca ha sido cultivadora y comerciante toda la vida.Todo lo que produce lo vende. Los clientes llegan de diferentes sitios del Valle de Aburrá y compran los productos por salud, frescura y sabor. De sus 5 hijos, sólo Lenny se interesa por los cultivos agroecológicos. Ella dice que falta conciencia.

La Red Colombiana de Agricultura Biológica, RECAB, pertenece al Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe, MAELA -que articula campesinos, pequeños y medianos productores, indígenas, mujeres, jóvenes rurales, consumidores y organizaciones sociales-.

Marta Vásquez de la vereda El Picacho, produce orgánico porque considera que es más alimenticio, más sano. Hace más de 30 años le aprendió a su mamá, quien le preparaba el terreno.

Manifiesta “toda la vida he sido cultivadora agroecológica, con productos de la huerta y plantas para el jardín”.Cuenta con el respaldo de toda la familia. Vive con su papá, su esposo, tres hijos e igual número de nietos.

Se ha capacitado con la Red Colombiana de Agricultura Biológica y con Corantioquia. Dice “por participar en estos proyectos, he aprendido mucho más”.

Marta Vásquez exhibe jardín y alimentos orgánicos

Todo tiene una explicación
Clientes que aprecian el producto














Nora Nelly Bedoya, de la vereda San José de la Montaña, corregimientoSan Cristóbal. Hace 10 años cultiva orgánico, aunque toda la vida se ha dedicado a las labores agrícolas. Fuera del mercado verde de Corantioquia, participa en el mercado campesino que organiza la Alcaldía de Medellín y en los mercados de La Floresta, los sábados.

Cuando su esposo fumigaba los sembrados, Nora y sus tres hijos sufrían alergias, vómito, mareo, dolor de cabeza, por lo que dedujo que los químicos producían intoxicaciones. Esa fue la razón para producir orgánicos. Con éstos, desaparecieron los síntomas.

Nora manifiesta que lo orgánico da oportunidad a la gente de hacer un consumo sano y responsable, es decir, qué compro, dónde, cómo y a quién le compro. Además,  con qué aplicaciones fumigaron la producción y cómo consumo.

“La base fundamental del suelo es mucho abono orgánico. Así, los productos salen muy buenos. Si nosotros como personas nos cuidamos, nos fortalecemos, nos alimentamos bien, tendremos mucha salud, lo mismo pasa con el suelo, si lo fortalecemos van a salir unas producciones muy bonitas y muy saludables” reitera esta cultivadora.

Nora Nelly Bedoya, siempre ocupada en el Mercado verde

Las clientas exigen productos frescos

Nora Nelly establece una estrategia con sus compañeras
Nora Nelly es representante legal de la “Asociación de Mujeres Campesinas Siempre Vivas”, integrada por mujeres de cuatro veredas de San Cristóbal, quienes producen alimentos orgánicos y especies menores. Recibieron capacitación de la Corporación Penca de Sábila y de algunas ONG.

Advierte Nora que “Esta Asociación de mujeres tiene una oportunidad muy grande, porque puede salir al mercado a vender sus productos orgánicos, con un valor agregado que lo da la misma gente, porque ésta les da el precio correcto a los productos. Y, es una relación directa,cultivador-consumidor, por eso debe ser un poco más económico”.

Gloria Milena Avendaño Álvarez y Adiela Valdés Fonnegra, de la vereda Claritas, municipio de Carolina del Príncipe, al norte del departamento de Antioquia. Ellas integran un grupo de 15 familias, quienes producen alimentos orgánicos como yuca, maíz, fríjol, plátano, variedad de legumbres y hortalizas, frutales y aromáticas, pollos, huevos, trucha arco iris, etc.

Todas se han capacitado para preparar los abonos, lo que se le debe echar a las plagas o peste de los cultivos, para evitar los venenos y químicos. También, conocen el proceso de siembra, recolección de semilla, “para tener nuestro propio banco de semilla” explican.

Gloria Milena y Adiela señalan que “en las ventas nos ha ido muy bien, porque la gente ya se está concientizando sobre la importancia de usar productos limpios. El precio es igual o más barato, que el de los alimentos cultivados con químicos”.

Adiela Valdés y Gloria Milena Avendaño, empresarias del agro

Gloria Milena y Adiela organizan las aromáticas

Adiela Valdés al frente del negocio
En el Mercado verde, Gloria Milena y Adiela
se preparaban para recibir al público
Gloria Milena Avendaño expresa que hace cuatro años cultivan productos orgánicos, pero “las que más trabajamos somos las mujeres”.

“A las mujeres, que somos dueñas de la cocina, que somos las que cocinamos, les aconsejo que todas aprendamos a cultivar productos limpios y si no los podemos cultivar, entonces consigamos productos orgánicos, porque es mucho más saludable y más confiable para el consumo. Y, a los hombres que aprovechen y valoren la tierra” agrega Gloria Milena.

Con otras mujeres conformaron la “Asociación Luces Veredales”, a través de la cual, pretenden surtir de alimentos a su municipio, Carolina del Príncipe. Ya tienen una propuesta para suministrar al restaurante escolar, productos para el refrigerio y el almuerzo de unos 800 estudiantes de primaria y secundaria, el próximo año.

Adiela Valdés afirma que “esta Asociación, que cultiva productos orgánicos limpios, pretende concientizar a la población en general, especialmente, a los legumbreros y busca capacitarlos. Las 15 mujeres asociadas trabajamos con el mismo objetivo, no sólo mejorar la producción, sino la comercialización”. El apoyo que han tenido es del SENA y Corantioquia.

Adiela Valdés, Gloria Milena Avendaño y Nora Nelly Bedoya, en el stand de Corantioquia
Guillermo Ospina Rodríguez, “La paz es que la gente produzca, ayudar a los campesinos a que produzcan más y mejor. Si hubiera subsidio para los campesinos sería excelente, una motivación muy grande y que hubiera más apoyo por parte de entidades gubernamentales. Uno produce pero no hay centros de acopio, los intermediarios son los que se ganan todo”.

Guillermo vive y trabaja en la vereda Boquerón, corregimiento San Cristóbal, donde su esposa y sus dos hijas lo apoyan en las labores del campo. Él, viene convenciendo a sus amigos y vecinos para que practiquen los cultivos orgánicos, porque está seguro de sus beneficios.

Considera que las ventajas de la producción agroecológica son: “biodiversidad en la mesa y la cocina, los cultivos salen sanos, la producción más barata y de mejor calidad, porque no hay que usar químicos y se protege el medio ambiente”.

Agrega Guillermo “Yo estoy muy agradecido con Corantioquia porque, el mercado verde, es un medio muy bueno para comercializar nuestros productos, directamente, con los consumidores. Ojalá tengamos más espacios para esto”.

Gullermo Ospina le apuesta a la paz, con los cultivos agroecológicos

Guillermo explica los beneficios de sus productos

Guillermo muestra la calidad y tamaño de los alimentos orgánicos
Si Usted quiere comprar alimentos orgánicos a estos campesinos, llame a Cultura Ambiental de Corantioquia. Tel. 493 88 88 extensión 1212, Medellín Colombia.








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