jueves, 7 de septiembre de 2017

Luz Amparo, la reina de la empanada
rinde homenaje al Papa Francisco


Luz Amparo Cardona de Tabares, quien lleva 52 años haciendo empanadas para sostener a su familia, representó la visita del Papa Francisco a Colombia en la reciente feria de la empanada, que se celebró en San Antonio de Pereira, municipio de Rionegro, cerca a Medellín.

Todas las figuras están elaboradas con masa de maíz, papa y guiso, el mismo material con el que se prepara la empanada.

“Me motivó la fe católica y el amor por el Santo Padre y los sacerdotes, este es un acontecimiento muy grande para Colombia”. Fuera del Papa en su papamóvil, aparecen un cardenal, cuatro escoltas, tres religiosas, un policía, niños, mujeres embarazadas y “todo el pueblo de Dios”. Los personajes fueron pintados con vinilo.




Luz Amparo Cardona enseña su obra a los turistas













Emprendedora y protagonista en las ferias

Por su creatividad, Luz Amparo es la ganadora de 17 ferias de la empanada. “Este año no gané, porque la votación fue por redes sociales y yo entiendo muy poco de eso. Año tras año siempre he ganado, porque es un don grande que el Señor me dio, tengo un talento maravilloso que yo, personalmente, admiro la belleza de las cosas que hago, cómo transformo la masa o el barro en cosas tan hermosas”.

“Cuando llega la hora de la feria, las personas preguntan por la señora que hace cosas tan lindas. De todas maneras, aún no hubiera ganado el primer puesto, me siento ganadora porque me conozco el talento y la dicha mía es ver los turistas felices, que gocen, que vean, que se deleiten y que admiren la belleza, que aún siendo  personas mayores también tenemos talento y somos capaces de divertir y de dar gusto a la gente y de darse gusto a uno mismo y a su familia”.

Desde hace siete años, Luz Amparo innovó con las empanadas de colores en las ferias, producidas con anilina vegetal, las que se han convertido en la sensación para la gente y en especial, para los turistas.

Luz Amparo, la reina de la empanada, luce un vestido elaborado con empanadas fritas

Feria de la empanada 2017, en San Antonio de Pereira


El público prefiere empanadas de colores

























Fundadora de la empanada en San Antonio de Pereira

Luz Amparo es la cuarta de 20 hijos y esa circunstancia la obligó a trabajar desde muy pequeña. “A los cuatro mayores nos tocó más duro”.

“Cuando tenía 11 años, como ya mi padre se enfermaba, a veces él se enloquecía, entonces lo llevaban a la clínica de reposo, ya lo dejaban allá en Medellín, entonces mi madre sola con toda la obligación, como ella no trabajaba, el párroco de acá de San Antonio, el padre Rojas, me puso a mí de dentrodera en la casa cural”

“Yo empecé a ensayarme con masita, como mi madre en los diciembres hacía empanadas, hacíamos pues la navidad, ella hacía natilla, buñuelos, todo eso, como nos tocaba ayudarle, fui aprendiendo. Cuando yo ya estuve en la adolescencia, yo empecé a ensayarme haciendo las arepas que hacían en la casa cural las hermanas del padre, entonces yo cogía pedacitos de masa y ensayaba haciendo empanadas, así fue que me dio por empezar a hacer empanadas”.

Cuando tuve 13 años, de ver tanta la necesidad de mi madre con los hijos, para colaborarle, le pedí permiso al párroco para que me dejara sacar una mesita con empanadas en el atrio de la iglesia y ahí fue cuando yo empecé a hacerlas, el 20 de julio de 1965”.

“Ahí fue donde empezó el turismo en San Antonio, porque yo saqué una pastica de empanada muy tostadita, riquísima y eso empezó a atraer el turismo a San Antonio”.

“También vendía chance, para ayudar con eso, para pagar el arriendo de mi madre y ayudarle con la alimentación de los hermanos”.





Luz Amparo, con otro vestido que lució en la feria 2017







Con el sudor de su frente levantó la familia

Luz Amparo estuvo vendiendo empanadas en el atrio, hasta los 17 años, cuando se casó.” Me quedé viviendo cerquita de la iglesia y empecé a sacar la ventica ahí afuera. Luego cambiamos de casa, que en este momento es una guardería, ahí vivimos nosotros durante quince años”.

“Después, logré conseguirme un terrenito con muchísimo trabajo, haciendo empanadas, vendiendo tamales, leche, quesitos, mantequilla, morcilla, arepas, porque yo me levantaba con mi esposo a las 3 de la mañana a hacer arepas para el hospital. Ya después empecé a construir, fui haciendo la casita más cerca del parque y ya conseguí el puesto seguro. El difunto Alejandro Tobón tenía unos billares y una cantinita y él me dio permiso para vender mis empanadas y ahí fue donde yo hice muchísima más clientela y pude yo hacer mi casa, ya ir desarrollando la vida, ya fui creciendo con el negocio y ya fui adelante y aquí estoy”.

“Mi esposo se llama Rodrigo de Jesús Tabares Echeverri, yo me casé a  los dos años y medio después de que él enviudó. Mías son tres hijas, pero por todos los de él y los míos son once que los crié igual”.

“La experiencia fue fácil porque yo soy una persona muy paciente, tengo mucha humildad y tengo mucho carisma para tratar las personas y los niños. Los crié bien,  ya todos casados, solamente hay uno de los entenados soltero y mis hijas ya todas también tienen obligación. Gracias al Señor me entendí bien con ellos, por la forma de la crianza que se les dio y ahora pues todos bien hermanaos y se vive bien. Y, pues para mí fue fácil, porque nunca tuvieron castigos míos, nunca tuve malos tratos de ellos, ni ellos de mí, o sea que nos entendimos bien y fueron criados bien y son personas de bien”.

“De mi matrimonio tengo 10 nietos legítimos, 52 en total con los de los entenados, porque de todas maneras somos una familia”.

La mejor experiencia de mi vida es saber que con el sudor de mi frente tengo mi familia, la pude levantar bien, tengo mi propiedad gracias al Señor, tengo una buena casa y muy buena salud.

La hija mayor, Luz Amparo, hace parte de la micro empresa

Todo un equipo de producción
Fotos varias, sobre concursos ganados por Luz Amparo

Le tocó cargar leña, agua y lavar ropa ajena

Luz Amparo nació en Medellín hace 65 años y la llevaron a los tres años, para San Antonio de Pereira.

“Nos tocaba cargar agua, leña, estar en la escuela, no tuvimos niñez porque no podíamos jugar, teníamos que estar siempre en los oficios de la casa. Vivíamos acá en San Antonio, nos tocaba ir al Monte del diablo, al Ventiadero y al Rastrojo, a conseguir la leña para hacer de comer. Desde los cinco años fui a la escuela, en la primaria. Veníamos de la escuela nos tocaba ahí mismo cambiarnos, nos daban el almuerzo, nos íbamos a traer un viajecito de leña y de agua. Luego, volvíamos a la escuela a la 1 y media y ya salíamos a las 5 y media. Nuevamente, tomábamos el algo y ahí mismo a entrar leña otra vez y a llenar las canecas de agua, luego hacíamos el Santo Rosario, ya comíamos y para la cama. Desde muy pequeñitos todos aprendimos a trabajar. También, lavaba ropas ajenas”.

Su padre, Jesús Antonio Cardona, oriundo de Marinilla, trabajaba la agricultura y vendía en el  campo hilos, agujas, tijeras y todo lo que se necesita para remendar, “porque siempre se remendaba la ropa”, él falleció hace 27 años. Su madre, María Guadalupe Quintero, de El Santuario, “ahora tiene 89 años y está fuerte en todo, muy alentada, gracias al Señor, es un gran tesoro que tenemos”.

Luz Amparo hacía figuritas de barro, “todo porque en mi edad joven, cuando acá en San Antonio se hacía concurso del pesebre, aún estando yo en embarazo, empezando a criar mi familia, yo hacía un pesebre casi de una sala que era muy grande y hacía bastantes muñecos, bastante gente, hacía los burritos, caballos, vacas, señoras pilando, señores trabajando la agricultura, todo eso lo hacía con barro y siempre, año tras año, también me ganaba los concursos del pesebre. Ya no lo están haciendo, pero si tocara lo volvería a hacer”.

Esta artista dice “Cuando yo estaba pequeñita, en la escuela, al escondido de mi madre me disfrazaba, porque siempre me ha gustado eso, creo que eso nació conmigo, pero mis padres como al fin eran muy anticuados no les gustaban esas cosas, entonces yo sacaba ropa, cositas, las escondía por allá en los árboles para cuando tocaba…Ya que llegué a mayor, con la feria de la empanada y con la tercera edad, me divierto bastante con los disfraces. No he llegado a quedar reina pero me siento reina, porque todo lo hago muy bien, porque los vestidos que llevo son muy lindos, siempre me los decoran mis hijas, tengo en especial una que es bastante decorativa, Luz Amparo”.

Esta emprendedora afirma que no es uno el que hace las cosas, “es Dios el que actúa, porque es Dios el que nos da la capacidad, los dones y el que dirige nuestras manos, es el timón de nuestra vida y cuando uno le entrega todo a Él, todo sale muy bien”.

“Yo quiero seguir hasta que Dios me de vida, mientras yo tenga salud y vida quiero seguir porque es la tradición, es algo hermoso, es un legado, es una historia que quiero que quede en mi pueblo y en mi familia”.

Fotos de Luz Amparo, estampas de San Antonio y lugares turísticos decoran este vestido
Luz Amparo quiere impulsar su microempresa familiar, con las empanadas de colores, para lo cual necesita respaldo económico.

Si usted quiere probar deliciosas empanadas o ayudar a Luz Amparo Cardona en su proyecto, comuníquese al teléfono 5618391 o al celular 319 2861868, en San Antonio de Pereira, Rionegro, cerca a Medellín, Colombia.


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