Luz Amparo, la reina de la empanada
rinde homenaje al Papa Francisco
Luz Amparo Cardona de Tabares, quien lleva 52
años haciendo empanadas para sostener a su familia, representó la visita del
Papa Francisco a Colombia en la reciente feria de la empanada, que se celebró
en San Antonio de Pereira, municipio de Rionegro, cerca a Medellín.
Todas
las figuras están elaboradas con masa de maíz, papa y guiso, el mismo material
con el que se prepara la empanada.
“Me motivó la fe católica y el amor por el
Santo Padre y los sacerdotes, este es un acontecimiento muy grande para
Colombia”. Fuera del Papa en su papamóvil, aparecen un cardenal, cuatro
escoltas, tres religiosas, un policía, niños, mujeres embarazadas y “todo el
pueblo de Dios”. Los personajes fueron pintados con vinilo.
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| Luz Amparo Cardona enseña su obra a los turistas |
Emprendedora
y protagonista en las ferias
Por su creatividad, Luz Amparo es la ganadora
de 17 ferias de la empanada. “Este año no gané, porque la votación fue por
redes sociales y yo entiendo muy poco de eso. Año tras año siempre he ganado,
porque es un don grande que el Señor me dio, tengo un talento maravilloso que
yo, personalmente, admiro la belleza de las cosas que hago, cómo transformo la
masa o el barro en cosas tan hermosas”.
“Cuando llega la hora de la feria, las
personas preguntan por la señora que hace cosas tan lindas. De todas maneras,
aún no hubiera ganado el primer puesto, me siento ganadora porque me conozco el
talento y la dicha mía es ver los turistas felices, que gocen, que vean, que se
deleiten y que admiren la belleza, que aún siendo personas mayores también tenemos talento y
somos capaces de divertir y de dar gusto a la gente y de darse gusto a uno
mismo y a su familia”.
Desde hace siete años, Luz Amparo innovó con
las empanadas de colores en las ferias, producidas con anilina vegetal, las que
se han convertido en la sensación para la gente y en especial, para los
turistas.
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| Feria de la empanada 2017, en San Antonio de Pereira |
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| El público prefiere empanadas de colores |
Fundadora de la empanada en San Antonio de Pereira
Luz Amparo es la cuarta de 20 hijos y esa circunstancia la obligó a trabajar
desde muy pequeña. “A los cuatro mayores nos tocó más duro”.
“Cuando tenía 11 años, como ya mi padre se
enfermaba, a veces él se enloquecía, entonces lo llevaban a la clínica de
reposo, ya lo dejaban allá en Medellín, entonces mi madre sola con toda la
obligación, como ella no trabajaba, el párroco de acá de San Antonio, el padre
Rojas, me puso a mí de dentrodera en la casa cural”
“Yo empecé a ensayarme con masita, como mi
madre en los diciembres hacía empanadas, hacíamos pues la navidad, ella hacía
natilla, buñuelos, todo eso, como nos tocaba ayudarle, fui aprendiendo. Cuando
yo ya estuve en la adolescencia, yo empecé a ensayarme haciendo las arepas que
hacían en la casa cural las hermanas del padre, entonces yo cogía pedacitos de
masa y ensayaba haciendo empanadas, así fue que me dio por empezar a hacer empanadas”.
Cuando
tuve 13 años, de ver tanta la necesidad de mi madre con los hijos, para
colaborarle, le pedí permiso al párroco para que me dejara sacar una mesita con
empanadas en el atrio de la iglesia y ahí fue cuando yo empecé a hacerlas, el
20 de julio de 1965”.
“Ahí
fue donde empezó el turismo en San Antonio, porque yo saqué una pastica de
empanada muy tostadita, riquísima y eso empezó a atraer el turismo a San
Antonio”.
“También vendía chance, para ayudar con eso,
para pagar el arriendo de mi madre y ayudarle con la alimentación de los
hermanos”.


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| Luz Amparo, con otro vestido que lució en la feria 2017 |
Con el sudor de su frente levantó la familia
Luz Amparo estuvo vendiendo empanadas en el
atrio, hasta los 17 años, cuando se casó.” Me quedé viviendo cerquita de la
iglesia y empecé a sacar la ventica ahí afuera. Luego cambiamos de casa, que en
este momento es una guardería, ahí vivimos nosotros durante quince años”.
“Después, logré conseguirme un terrenito con
muchísimo trabajo, haciendo empanadas, vendiendo tamales, leche, quesitos,
mantequilla, morcilla, arepas, porque yo me levantaba con mi esposo a las 3 de
la mañana a hacer arepas para el hospital. Ya después empecé a construir, fui
haciendo la casita más cerca del parque y ya conseguí el puesto seguro. El
difunto Alejandro Tobón tenía unos billares y una cantinita y él me dio permiso
para vender mis empanadas y ahí fue donde yo hice muchísima más clientela y
pude yo hacer mi casa, ya ir desarrollando la vida, ya fui creciendo con el
negocio y ya fui adelante y aquí estoy”.
“Mi esposo se llama Rodrigo de Jesús Tabares
Echeverri, yo me casé a los dos años y
medio después de que él enviudó. Mías
son tres hijas, pero por todos los de él y los míos son once que los crié igual”.
“La experiencia fue fácil porque yo soy una
persona muy paciente, tengo mucha humildad y tengo mucho carisma para tratar las
personas y los niños. Los crié bien, ya
todos casados, solamente hay uno de los entenados soltero y mis hijas ya todas
también tienen obligación. Gracias al Señor me entendí bien con ellos, por la
forma de la crianza que se les dio y ahora pues todos bien hermanaos y se vive
bien. Y, pues para mí fue fácil, porque nunca tuvieron castigos míos, nunca
tuve malos tratos de ellos, ni ellos de mí, o sea que nos entendimos bien y
fueron criados bien y son personas de bien”.
“De mi matrimonio tengo 10 nietos legítimos,
52 en total con los de los entenados, porque de todas maneras somos una
familia”.
La
mejor experiencia de mi vida es saber que con el sudor de mi frente tengo mi
familia, la pude levantar bien, tengo mi propiedad gracias al Señor, tengo una
buena casa y muy buena salud.
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| La hija mayor, Luz Amparo, hace parte de la micro empresa |
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| Todo un equipo de producción |
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| Fotos varias, sobre concursos ganados por Luz Amparo |
Le tocó cargar leña, agua y lavar ropa ajena
Luz Amparo nació en Medellín hace 65 años y
la llevaron a los tres años, para San Antonio de Pereira.
“Nos tocaba cargar agua, leña, estar en la
escuela, no tuvimos niñez porque no podíamos jugar, teníamos que estar siempre
en los oficios de la casa. Vivíamos acá en San Antonio, nos tocaba ir al Monte
del diablo, al Ventiadero y al Rastrojo, a conseguir la leña para hacer de comer.
Desde los cinco años fui a la escuela, en la primaria. Veníamos de la escuela
nos tocaba ahí mismo cambiarnos, nos daban el almuerzo, nos íbamos a traer un
viajecito de leña y de agua. Luego, volvíamos a la escuela a la 1 y media y ya
salíamos a las 5 y media. Nuevamente, tomábamos el algo y ahí mismo a entrar
leña otra vez y a llenar las canecas de agua, luego hacíamos el Santo Rosario,
ya comíamos y para la cama. Desde muy pequeñitos todos aprendimos a trabajar.
También, lavaba ropas ajenas”.
Su padre, Jesús Antonio Cardona, oriundo de
Marinilla, trabajaba la agricultura y vendía en el campo hilos, agujas, tijeras y todo lo que se
necesita para remendar, “porque siempre se remendaba la ropa”, él falleció hace
27 años. Su madre, María Guadalupe Quintero, de El Santuario, “ahora tiene 89
años y está fuerte en todo, muy alentada, gracias al Señor, es un gran tesoro
que tenemos”.
Luz Amparo hacía figuritas de barro, “todo
porque en mi edad joven, cuando acá en San Antonio se hacía concurso del
pesebre, aún estando yo en embarazo, empezando a criar mi familia, yo hacía un
pesebre casi de una sala que era muy grande y hacía bastantes muñecos, bastante
gente, hacía los burritos, caballos, vacas, señoras pilando, señores trabajando
la agricultura, todo eso lo hacía con barro y siempre, año tras año, también me
ganaba los concursos del pesebre. Ya no lo están haciendo, pero si tocara lo
volvería a hacer”.
Esta artista dice “Cuando yo estaba pequeñita,
en la escuela, al escondido de mi madre me disfrazaba, porque siempre me ha
gustado eso, creo que eso nació conmigo, pero mis padres como al fin eran muy
anticuados no les gustaban esas cosas, entonces yo sacaba ropa, cositas, las
escondía por allá en los árboles para cuando tocaba…Ya que llegué a mayor, con
la feria de la empanada y con la tercera edad, me divierto bastante con los
disfraces. No he llegado a quedar reina pero me siento reina, porque todo lo
hago muy bien, porque los vestidos que llevo son muy lindos, siempre me los
decoran mis hijas, tengo en especial una que es bastante decorativa, Luz Amparo”.
Esta emprendedora afirma que no es uno el que
hace las cosas, “es Dios el que actúa, porque es Dios el que nos da la
capacidad, los dones y el que dirige nuestras manos, es el timón de nuestra
vida y cuando uno le entrega todo a Él, todo sale muy bien”.
“Yo quiero seguir hasta que Dios me de vida,
mientras yo tenga salud y vida quiero seguir porque es la tradición, es algo
hermoso, es un legado, es una historia que quiero que quede en mi pueblo y en
mi familia”.
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| Fotos de Luz Amparo, estampas de San Antonio y lugares turísticos decoran este vestido |
Luz
Amparo quiere impulsar su microempresa familiar, con las empanadas de colores,
para lo cual necesita respaldo económico.
Si
usted quiere probar deliciosas empanadas o ayudar a Luz Amparo Cardona en su
proyecto, comuníquese al teléfono 5618391 o al celular 319 2861868, en San
Antonio de Pereira, Rionegro, cerca a Medellín, Colombia.
















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