jueves, 7 de septiembre de 2017

Luz Amparo, la reina de la empanada
rinde homenaje al Papa Francisco


Luz Amparo Cardona de Tabares, quien lleva 52 años haciendo empanadas para sostener a su familia, representó la visita del Papa Francisco a Colombia en la reciente feria de la empanada, que se celebró en San Antonio de Pereira, municipio de Rionegro, cerca a Medellín.

Todas las figuras están elaboradas con masa de maíz, papa y guiso, el mismo material con el que se prepara la empanada.

“Me motivó la fe católica y el amor por el Santo Padre y los sacerdotes, este es un acontecimiento muy grande para Colombia”. Fuera del Papa en su papamóvil, aparecen un cardenal, cuatro escoltas, tres religiosas, un policía, niños, mujeres embarazadas y “todo el pueblo de Dios”. Los personajes fueron pintados con vinilo.




Luz Amparo Cardona enseña su obra a los turistas













Emprendedora y protagonista en las ferias

Por su creatividad, Luz Amparo es la ganadora de 17 ferias de la empanada. “Este año no gané, porque la votación fue por redes sociales y yo entiendo muy poco de eso. Año tras año siempre he ganado, porque es un don grande que el Señor me dio, tengo un talento maravilloso que yo, personalmente, admiro la belleza de las cosas que hago, cómo transformo la masa o el barro en cosas tan hermosas”.

“Cuando llega la hora de la feria, las personas preguntan por la señora que hace cosas tan lindas. De todas maneras, aún no hubiera ganado el primer puesto, me siento ganadora porque me conozco el talento y la dicha mía es ver los turistas felices, que gocen, que vean, que se deleiten y que admiren la belleza, que aún siendo  personas mayores también tenemos talento y somos capaces de divertir y de dar gusto a la gente y de darse gusto a uno mismo y a su familia”.

Desde hace siete años, Luz Amparo innovó con las empanadas de colores en las ferias, producidas con anilina vegetal, las que se han convertido en la sensación para la gente y en especial, para los turistas.

Luz Amparo, la reina de la empanada, luce un vestido elaborado con empanadas fritas

Feria de la empanada 2017, en San Antonio de Pereira


El público prefiere empanadas de colores

























Fundadora de la empanada en San Antonio de Pereira

Luz Amparo es la cuarta de 20 hijos y esa circunstancia la obligó a trabajar desde muy pequeña. “A los cuatro mayores nos tocó más duro”.

“Cuando tenía 11 años, como ya mi padre se enfermaba, a veces él se enloquecía, entonces lo llevaban a la clínica de reposo, ya lo dejaban allá en Medellín, entonces mi madre sola con toda la obligación, como ella no trabajaba, el párroco de acá de San Antonio, el padre Rojas, me puso a mí de dentrodera en la casa cural”

“Yo empecé a ensayarme con masita, como mi madre en los diciembres hacía empanadas, hacíamos pues la navidad, ella hacía natilla, buñuelos, todo eso, como nos tocaba ayudarle, fui aprendiendo. Cuando yo ya estuve en la adolescencia, yo empecé a ensayarme haciendo las arepas que hacían en la casa cural las hermanas del padre, entonces yo cogía pedacitos de masa y ensayaba haciendo empanadas, así fue que me dio por empezar a hacer empanadas”.

Cuando tuve 13 años, de ver tanta la necesidad de mi madre con los hijos, para colaborarle, le pedí permiso al párroco para que me dejara sacar una mesita con empanadas en el atrio de la iglesia y ahí fue cuando yo empecé a hacerlas, el 20 de julio de 1965”.

“Ahí fue donde empezó el turismo en San Antonio, porque yo saqué una pastica de empanada muy tostadita, riquísima y eso empezó a atraer el turismo a San Antonio”.

“También vendía chance, para ayudar con eso, para pagar el arriendo de mi madre y ayudarle con la alimentación de los hermanos”.





Luz Amparo, con otro vestido que lució en la feria 2017







Con el sudor de su frente levantó la familia

Luz Amparo estuvo vendiendo empanadas en el atrio, hasta los 17 años, cuando se casó.” Me quedé viviendo cerquita de la iglesia y empecé a sacar la ventica ahí afuera. Luego cambiamos de casa, que en este momento es una guardería, ahí vivimos nosotros durante quince años”.

“Después, logré conseguirme un terrenito con muchísimo trabajo, haciendo empanadas, vendiendo tamales, leche, quesitos, mantequilla, morcilla, arepas, porque yo me levantaba con mi esposo a las 3 de la mañana a hacer arepas para el hospital. Ya después empecé a construir, fui haciendo la casita más cerca del parque y ya conseguí el puesto seguro. El difunto Alejandro Tobón tenía unos billares y una cantinita y él me dio permiso para vender mis empanadas y ahí fue donde yo hice muchísima más clientela y pude yo hacer mi casa, ya ir desarrollando la vida, ya fui creciendo con el negocio y ya fui adelante y aquí estoy”.

“Mi esposo se llama Rodrigo de Jesús Tabares Echeverri, yo me casé a  los dos años y medio después de que él enviudó. Mías son tres hijas, pero por todos los de él y los míos son once que los crié igual”.

“La experiencia fue fácil porque yo soy una persona muy paciente, tengo mucha humildad y tengo mucho carisma para tratar las personas y los niños. Los crié bien,  ya todos casados, solamente hay uno de los entenados soltero y mis hijas ya todas también tienen obligación. Gracias al Señor me entendí bien con ellos, por la forma de la crianza que se les dio y ahora pues todos bien hermanaos y se vive bien. Y, pues para mí fue fácil, porque nunca tuvieron castigos míos, nunca tuve malos tratos de ellos, ni ellos de mí, o sea que nos entendimos bien y fueron criados bien y son personas de bien”.

“De mi matrimonio tengo 10 nietos legítimos, 52 en total con los de los entenados, porque de todas maneras somos una familia”.

La mejor experiencia de mi vida es saber que con el sudor de mi frente tengo mi familia, la pude levantar bien, tengo mi propiedad gracias al Señor, tengo una buena casa y muy buena salud.

La hija mayor, Luz Amparo, hace parte de la micro empresa

Todo un equipo de producción
Fotos varias, sobre concursos ganados por Luz Amparo

Le tocó cargar leña, agua y lavar ropa ajena

Luz Amparo nació en Medellín hace 65 años y la llevaron a los tres años, para San Antonio de Pereira.

“Nos tocaba cargar agua, leña, estar en la escuela, no tuvimos niñez porque no podíamos jugar, teníamos que estar siempre en los oficios de la casa. Vivíamos acá en San Antonio, nos tocaba ir al Monte del diablo, al Ventiadero y al Rastrojo, a conseguir la leña para hacer de comer. Desde los cinco años fui a la escuela, en la primaria. Veníamos de la escuela nos tocaba ahí mismo cambiarnos, nos daban el almuerzo, nos íbamos a traer un viajecito de leña y de agua. Luego, volvíamos a la escuela a la 1 y media y ya salíamos a las 5 y media. Nuevamente, tomábamos el algo y ahí mismo a entrar leña otra vez y a llenar las canecas de agua, luego hacíamos el Santo Rosario, ya comíamos y para la cama. Desde muy pequeñitos todos aprendimos a trabajar. También, lavaba ropas ajenas”.

Su padre, Jesús Antonio Cardona, oriundo de Marinilla, trabajaba la agricultura y vendía en el  campo hilos, agujas, tijeras y todo lo que se necesita para remendar, “porque siempre se remendaba la ropa”, él falleció hace 27 años. Su madre, María Guadalupe Quintero, de El Santuario, “ahora tiene 89 años y está fuerte en todo, muy alentada, gracias al Señor, es un gran tesoro que tenemos”.

Luz Amparo hacía figuritas de barro, “todo porque en mi edad joven, cuando acá en San Antonio se hacía concurso del pesebre, aún estando yo en embarazo, empezando a criar mi familia, yo hacía un pesebre casi de una sala que era muy grande y hacía bastantes muñecos, bastante gente, hacía los burritos, caballos, vacas, señoras pilando, señores trabajando la agricultura, todo eso lo hacía con barro y siempre, año tras año, también me ganaba los concursos del pesebre. Ya no lo están haciendo, pero si tocara lo volvería a hacer”.

Esta artista dice “Cuando yo estaba pequeñita, en la escuela, al escondido de mi madre me disfrazaba, porque siempre me ha gustado eso, creo que eso nació conmigo, pero mis padres como al fin eran muy anticuados no les gustaban esas cosas, entonces yo sacaba ropa, cositas, las escondía por allá en los árboles para cuando tocaba…Ya que llegué a mayor, con la feria de la empanada y con la tercera edad, me divierto bastante con los disfraces. No he llegado a quedar reina pero me siento reina, porque todo lo hago muy bien, porque los vestidos que llevo son muy lindos, siempre me los decoran mis hijas, tengo en especial una que es bastante decorativa, Luz Amparo”.

Esta emprendedora afirma que no es uno el que hace las cosas, “es Dios el que actúa, porque es Dios el que nos da la capacidad, los dones y el que dirige nuestras manos, es el timón de nuestra vida y cuando uno le entrega todo a Él, todo sale muy bien”.

“Yo quiero seguir hasta que Dios me de vida, mientras yo tenga salud y vida quiero seguir porque es la tradición, es algo hermoso, es un legado, es una historia que quiero que quede en mi pueblo y en mi familia”.

Fotos de Luz Amparo, estampas de San Antonio y lugares turísticos decoran este vestido
Luz Amparo quiere impulsar su microempresa familiar, con las empanadas de colores, para lo cual necesita respaldo económico.

Si usted quiere probar deliciosas empanadas o ayudar a Luz Amparo Cardona en su proyecto, comuníquese al teléfono 5618391 o al celular 319 2861868, en San Antonio de Pereira, Rionegro, cerca a Medellín, Colombia.


miércoles, 23 de agosto de 2017

En la calle, Nora vende ensaladas
 pasteles y empanadas



Con el espíritu paisa circulando por sus venas, Rosa Nora Londoño, pregona en la calle “la ensalada…”, todos los días, de 10:30 am. a 1 pm. Y, después de las 4 de la tarde, irrumpe al lado de una avenida, con su venta de pasteles de pollo y empanadas. Nora, ejerce sus actividades en el municipio de Rionegro, cerca a Medellín, Colombia.

Esta vendedora ambulante trabaja para sostenerse y ayudar a su hija Jaisuly Castrillón Londoño y a sus nietos Simón de 15 años y Matías de 8, igual que a su yerno Julián García. “Gracias a mi Dios de eso vivo y como no tengo sino una hija y dos nietos, yo les colaboro mucho a ellos, yo trabajo es para mis nietos. Todo me gusta, todo lo hago con mucho amor. Sí, soy una mujer feliz, gracias a mi Dios”.













Los domingos, Nora compra en la galería unos treinta kilos de hortalizas, para toda la semana. La oferta de ensaladas es variada y fresca: zanahoria, tomate, cebolla, pepino cohombro, repollo con piña, remolacha y zanahoria cocida, lechuga y cilantro. Estos dos últimos los adquiere, cada día, porque son muy perecederos. “Todo lo que saco lo vendo gracias a mi Dios”.

 “Yo empecé sacando ensalada de habichuela, alverja y zanahoria, y otra de papa con zanahoria y salchichas, pero no le gustaba casi a la gente, ahí tenía pérdida, entonces seguí con lo que más se vende”.

La jornada laboral de Nora comienza a las 5 am., con el lavado, picada y empaque de las hortalizas, en cocas plásticas. Después de vender las ensaladas, al medio día, regresa a su casa, lava las cocas y hace el almuerzo si su hija no ha llegado.

Nora produce ensaladas en Rionegro, desde hace cinco años. “Yo soy de aquí y trabajaba en Bogotá, en casas de familia, una señora me llevó. Allá me enfermé de apendicitis, ella quería que yo saliera del hospital derecho a seguir trabajando. Ella, no respondió por gastos, ni por nada. Entonces, me fui para donde la señora Leonor Ortiz a pagar arriendo y ella me dijo: Usted que es guapa paisita ¿por qué no se pone a vender ensaladitas? Con lo que me pagaron compré y me iba muy bien”.

Después, Nora viajó a Rionegro para cuidar a su hija que estaba embarazada y se quedó con ella. “Ahí dije yo, por aquí nunca he visto que vendan ensaladas, yo voy a sacar, y empecé… fue muy duro empezar… pero ya gracias a mi Dios, de eso vivo”.





“Los niñitos de dos y tres años me impulsan, gritan ensalada… y las mamás salen a comprar”. También, son clientes los taxistas, buseros y “mucha gente que me conoce, me colabora”. Nora vende las ensaladas en bolsas de libra, a 3 mil pesos.

“Ya cuando me dicen que es para una sola persona o para dos personas, ya dos mil pesos. O, ya que una señora por ahí quiere la ensaladita y está económicamente mal, yo le vendo mil pesitos, o esto… yo le colaboro también”.

Las principales ventas las hace en los barrios El Porvenir, El Llano, El Llanito y Mirador del Lago, al occidente de la ciudad. “Mucha gente me llama para que le haga la ensalada para un evento, para un almuerzo especial, así la gente me utiliza mucho”.

“Iba yo para el Sisbén, cuando un carro muy bonito, un hombre dizque quiubo ensalada, ¿hoy no va a sacar la ensalada?  Yo dije ¡ay! no, ¿usted por qué me estaba toriando? Me dice no… es que usted es una berraca, cómo que no, ¿adónde dejó el carrito de la ensalada? y yo le dije ahorita lo saco… y él gritaba… consígase una moto. La gente me llama ensalada y yo miro, yo digo, yo no me llamo ensalada, ¿cómo se llama pues usted? Nora. La gente me dice, deme su número para cuando yo necesite ensalada. Entonces, se los he dado y lo borran. ¿Quién es Nora?, no la conocen. En cambio Nora ensalada, así la encuentro”.



























En una esquina, Nora vende pasteles de pollo y empanadas

“Visité a una amiga que trabaja en Espacio Público, abrió el computador y me dijo: Nora vea aquí, en este punto, para que usted venda empanadas y pasteles. Aproveche ahora que hay esa construcción, cerquita a su casa. Yo le dije… ah bueno. Empecé a trabajar y se me robaron la mesa, hi…hi…hi… y dije que pereza… ¿dónde guardo yo la mesa?, porque yo vivo en un segundo piso y no me da para subir y bajar la mesa. Ahora, una señora me la deja amarrar a la ventana de su casa. Inicié con esas ventas este año”.

Por la tarde, Nora dispone 3 kilos de masa de maíz, 3 kilos de papa y 2 pechugas grandes, para elaborar los pasteles de pollo y empanadas. Sale a prepararlos y venderlos en una esquina del barrio El Porvenir. Su tarea concluye a las 9 pm.

“En poco tiempo, yo espero tener mi negocito muy adelante, porque vendo mucho pastel de pollo. Incluso ahorita que venga el muchacho de misa le lleva unos pasteles a doña Marta. ¿Sabe dónde es doña Marta?, la que tiene la tiendecita ahí, yo cada que saco, ella me compra 5, 6, ó 7 pastelitos de pollo”.



















Nora es considerada un personaje entre vecinos y amigos. “Toda la gente  me admira y me quiere mucho, por mi trabajo. Un policía me dice que siempre me ve riendo y dialogando con otras personas”.

“Hay veces no quiero trabajar… un domingo, me quedo en la casa, o me voy con la hija mía a andar por ahí… a veces, no saco las empanadas por estos calores…”

Nora, cuenta con licencia para sus actividades, está inscrita en la Cámara de Comercio y paga impuestos. Ha recibido cursos sobre manipulación de alimentos, en el Sena. Es un poco ajena a la tecnología “los que cacharrean con el celular son mis nietos: tita me presta el celular, tita le voy a crear un Whats App, tita la voy a meter al face y yo digo, hagan lo que quieran mis amores” y ríe complacida...

Nora prefiere vender en la calle, porque los eventos son esporádicos. En el centro educativo Coredi, cuando celebran la antioqueñidad, “me llaman para hacer aseo en los baños, para estar pendiente allá, entonces, de todas formas, a mí la gente me aprecia mucho y me colabora, por un lado o por el otro”.

“También, trabajo en casas de familia y en fincas haciendo aseo. Por ahí en el mes, yo tengo dos casas que son fijas. Yo, pues gracias a mi Dios, mantengo muchos ánimos para trabajar en lo que me resulte, ¿Usted puede venir a planchar una ropita? Sí... ¿Usted me va a lavar este baño? Sí…Mientras yo me pueda mover, a mí nada me da dificultad”.

“Sin la bendición de Dios yo no soy nada. Yo cuando me acuesto le doy gracias a Dios mío por el día que se terminó, por todo Dios mío, gracias, gracias por acostarme, ya voy pa´ la camita. Cuando me levanto, gracias Dios… Yo a toda hora le doy gracias a mi Dios, yo paso por la iglesia, entro y le doy gracias por todo, gracias, porque ante todo, Dios”.

Si usted quiere comunicarse con Nora Londoño, llame al celular 314 6697718 ó escriba al correo rnlondoo1961@gmail.com Rionegro, cerca a Medellín, Colombia.



martes, 27 de junio de 2017


De feria en feria 
Adriana vende títeres y marionetas





“A mí me gusta mucho, llevo 23 años trabajando con los niños y con todo el público, es muy entretenedor fabricar títeres y marionetas y atender gente en las ferias, amo mi trabajo, no siento la vida”. Así se expresa Adriana Marulanda Arenas, gestora de la microempresa Creaciones Adry-ma.

Adriana ha generado empleo para jóvenes y adultos. Vende cerca de 150 marionetas y 50 títeres, por mes, de forma individual. En las ferias la demanda se incrementa. Además, hace negocios al por mayor. Por esto, sus muñecos ya son conocidos en la isla de Aruba y en otras regiones. La microempresa funciona en el barrio Los Alcázares del municipio de Rionegro, a una hora de Medellín, Colombia.
 
Niños, adultos y turistas aprecian los títeres, marionetas y peluches de Adriana Marulanda

Esta emprendedora fue víctima de la violencia en 1990, cuando mataron a su esposo, Antonio José Henao de 27 años, por oponerse al robo de su moto. El hecho ocurrió en el municipio de Itaguí, al sur de Medellín. Adriana quedó viuda a los 20 años, con un bebé de 15 meses.

Ese revés marcó su vida y la impulsó a asumir sola la responsabilidad de su hijo, Antonio Alexander Henao. En 1994, Adriana inició Creaciones Adri-ma guiada por su madre, Nelly Arenas, experta modista y emprendedora, quien para entonces ya hacía toda clase de muñecos, con los que levantó a su familia.

Adriana afirma “Yo le enseñé a trabajar a mi hijo desde pequeño, él fue mi trabajador y yo le decía, trabajemos que con esto nos conseguimos todo y él se animó y salió adelante. Ahora tiene 28 años, es universitario, licenciado en Educación física. Con la empresa se pagó los estudios”.

“Otro primo mío, Juan Gabriel Benítez, periodista de la Universidad de Antioquia, también trabajó conmigo. La esposa de mi hijo fue trabajadora mía, o sea, yo le he colaborado mucho a los jóvenes para que salgan adelante. Les pago lo que se ganan, diario”.

Clientes cautivos

Sus principales clientes son los niños, quienes pueden escoger entre personajes famosos como el hombre araña, batman, toy story, micky mouse, shreck, etc. y muchos otros de creación propia. Adriana asegura que a los papás también les gustan los muñecos. “A mí me sirve todo el público, aunque compran más los turistas. Yo voy siempre bendecida con Dios y todos me compran, pero a los turistas les gustan mucho”

Tanto las marionetas como los títeres son los de moda. “Muñecos muy sanos, no me gusta vender nada que tenga violencia” expresa Adriana.



Adriana a la espera del público
Títeres fabricados con materiales exclusivos



Los niños pueden escoger diversos títeres










Marionetas de todos los colores







Adry-ma ofrece sus productos en ferias de flores en Medellín, Sabaneta y en otros lugares. “Yo me he rebuscado por todas partes: Rionegro -en la feria del calzado-, en San Antonio de Pereira, y en El Porvenir. Aquí, estamos formando una asociación, Asocar-Rio, Asociación del calzado y los artesanos de Rionegro, para que la alcaldía nos apoye”.

Adriana va, cada mes, a la feria artesanal del municipio de La Ceja, su tierra natal. También, vende sus muñecos en la feria de San Alejo -en el Parque Bolívar de Medellín- y en un hotel de esa ciudad. “Antes, iba con frecuencia al Palacio de Exposiciones, a ferias grandes, hace años era muy bueno todo, ahora todo ha cambiado mucho, todas las ventas han rebajado”.

Aunque la empresa le ha dado para vivir, Adriana riendo manifiesta: “toca ayudarse con otras cosas, por ejemplo, yo en el puesto también comercializo juguetes. Si tuviéramos eventos más seguidos, otras entradas, sí se defendería uno”.
Adriana disfruta atender a los niños
Los pequeños tienen claro lo que quieren



Demanda en la feria de La Ceja
Goce de figuras, colorido y formas











Las telas y caras de plástico para fabricar títeres y marionetas, las adquiere en Medellín. Igualmente, las varillas de madera, para hacer las crucetas. Todo el material viene por metros.

“Mi sueño es que la empresa crezca, que podamos vender mucho al por mayor, con buena calidad, para que nos vaya bien y salgamos todos adelante. Me gustaría mucho exportar, pero me ha hecho falta capital. “Yo estuve con Naciones Unidas y nos capacitaron en cómo manejar una empresa y hacerla crecer, contabilidad, ahorro, buena calidad, atender bien al público, pero yo no he tenido buen capital para exportar”, afirma Adriana.

Tradición artesanal

Nelly Arenas, madre de Adriana, nació en una familia de artesanos, emprendedores. Desde pequeña, Nelly ayudaba a hacer cobijas en el núcleo hogareño, cuando vivía en el municipio de Sonsón, al suroriente antioqueño. “Cuando era niña hacía cobijas Uf… y mi mamá también”

“Unos señores llevaban unos bultos de lana sucia, nosotros la lavábamos y la teñíamos de colores, para hacerle listas a las cobijas. De la misma lana se sacaba un hilo, hilábamos en un torno, sacábamos una hebra delgada y luego tejíamos en un telar artesanal. Quedaban muy bonitas y todo eso se vendía. Eso lo trabajan mucho por Boyacá, yo sé”. Los tapetes también fueron una práctica familiar.

Esta madre emprendedora se dedicó en un tiempo a los tejidos y a la modistería. Luego, hizo muñecos de peluche y todos los vendía. Pero, con la competencia que llegó de China, decidió fabricar títeres y marionetas. Nelly dice “el tamaño, forma y colores, yo sola me ingenié todo eso, hacerlos coloridos que les gusten a los niños”.

Nelly Arenas, madre de Adriana cose todos los muñecos
Adriana y su ayudante Estefanía Usma


 Estefanía Usma, con Nelly Arenas artesana y emprendedora


“Soñé con fabricar todo esto, me ha dado para sostener la familia, ¡claro!. Salí mucho a ferias, pero ya trabajo más en la casa, como me conocen me hacen encargos. Yo mantengo mucho trabajo”.

Nelly Arenas, quien tuvo cuatro hijos opina “Es que el trabajo le mejora a uno mucho la calidad de vida”. Junto con su hija Adriana, lleva felicidad a los niños y estabilidad económica a la familia.





Si Usted quiere comunicarse con Adriana Marulanda en Creaciones Adry-ma, llame al celular 311 717 05 94, escriba a marulandaadriana94@gmail.com  henaomarulanda@gmail.com, Rionegro cerca a Medellín, Colombia.

jueves, 18 de mayo de 2017

Arepas Dora"itas" idea de Margarita





Fabricar arepas de puro chócolo, sin harina ni preservativos, constituye el éxito de Margarita Buitrago Ríos con su empresa familiar, Arepas Dora”itas”, la que lleva 17 años en el mercado. Los clientes se han encargado de hacerlas conocer fuera de Colombia, en Brasil, EE.UU., Canadá,  Francia y España.

Dora”itas” tiene su sede en la vereda Barro Blanco del municipio de Rionegro, Oriente antioqueño, donde realiza las mayores ventas. Igualmente, distribuye el producto en tiendas y supermercados de los sectores Llanogrande, Santa Elena y Medellín.

Margarita Buitrago Ríos- Gerente
Arepas Dora"itas"
Amor, calidad y puro chócolo














Arepas Dora"itas" vereda Barro Blanco, Rionegro, cerca a Medellín, Colombia

De forma artesanal produce 1.500 paquetes de arepas, diariamente, con cinco unidades en cada paquete. Margarita explica ”Uno sabe que a la gente le gusta  que sea muy caserita, que no tenga preservativos y yo creo que por eso hemos estado en el mercado tanto rato, porque tratamos de hacerlo lo mejor posible” Esta producción equivale a procesar unos 20 bultos de maíz, por día.

Antes, Dora”itas” producía más de 2.000 paquetes diarios. Pero, la enfermedad y muerte del esposo de Margarita, Luis Albeiro Parra Osorio, el 13 de mayo de 2016, obligó a reducir la producción. Él era su compañero inseparable, gestor, luchador y coequipero en la empresa. Por esto dejaron rutas como La Ceja y El Carmen. Sin embargo, muchos de esos clientes llegan a comprar, directamente.

Con el rostro compungido Margarita manifiesta que “cuando Albeiro estaba enfermo no éramos capaces de estar cuidándolo, citas médicas, cirugías, etc., mi hija Claudia Patricia se quedó solita y le quedaba muy duro. Estando él vivo tratamos de conseguir vendedores, tuvimos tres, pero no pudimos con ninguno”.

Hoy, la empresa de arepas recupera su dinámica, con el apoyo incondicional de Claudia Patricia, ingeniera de sistemas, quien dejó un cargo privado para reforzar el equipo Dora”itas”, cuando su padre sufrió un accidente de moto, hace ocho años. Claudia Patricia participa en todas las tareas productivas y responde por el mercadeo y las ventas.

El secreto del sabor

Margarita opina que “el secreto es el amor y trabajar con calidad, que sea sólo chócolo, sin  mezclas y que esté en un punto medio, lo cual es muy difícil. A veces viene demasiado tierno, dulcecito, el sabor es muy rico, pero la arepita no crece, o crece en las planchas y cuando se pone a enfriar se vuelve delgaditica. Cuando el chócolo está más duro, es más simple y ya la calidad de la arepa tampoco es igual. Hay un punto medio donde la arepita queda bonita, deliciosa, pero no siempre lo podemos conseguir así”.

El punto ideal del chócolo es ni muy blandito, ni muy duro. Depende del cultivo y de la cantidad de maíz existente en el mercado, porque cuando hay escasez el productor lo saca como esté, para venderlo más caro. A veces, lo guarda demasiado tiempo buscando precio alto y cuando lo saca ya está muy duro.

Cuando el maíz está duro ”le echamos un poquito de azúcar para conservar su sabor natural y porque le da el colorcito doradito a la arepa. Tenemos clientes diabéticos que las piden sin azúcar del todo y quedan más feitas, el color no es tan bonito”.

Margarita reconoce que este producto es muy perecedero y que hasta ahora nunca le han echado conservantes. “nosotros no podemos decir que hacemos una producción y que guardamos o que llenamos los puntos de venta de arepas porque sabemos que se dañan”.

La congelación es la mejor forma de conservarlas, como lo hacen en estaderos, restaurantes y supermercados. También, se pueden conservar en frío, aunque en Rionegro duran tres días al clima. En las tiendas, a veces, hay que hacer cambios porque las manejan fuera del frío.

Proveen el maíz para Arepas Dora”itas” cultivadores de varios municipios del Oriente antioqueño como San Vicente, El Carmen, Marinilla, Guarne y La Unión.


Byron García y Jonathan Grisales pelan mazorcas de chócolo

Esmir Henao también pela













Verónica Salazar opera la máquina de moler

Ma. Paulina Salazar desgrana el maíz













Margarita Buitrago-Gerente-y Verónica Salazar asan arepas

Enfriar, es parte del proceso












Empacar y sellar, tareas finales
Claudia Patricia Parra Buitrago ayuda en la administración de
Dora"itas". Cada día, registra el vencimiento del producto





























Famiempresa con sentido humano y social

Actualmente, seis personas laboran en la famiempresa y son su principal fortaleza. Según Margarita, “desde que empezamos tuvimos la idea de trabajar con mujeres cabeza de familia, madres solteras y personas vulnerables, pero no siempre se puede, porque cuando se va un trabajador, hay que conseguir rapidito el otro y no es como uno quisiera”. Margarita ríe al afirmar: cuando se puede madres… cuando no, lo que resulte.

Esta emprendedora dice “Uno trata de cumplir con los trabajadores, de pagarles puntual, porque uno necesita y ellos también. Uno tiene que ser consciente de que si no fuera por ellos, uno no estaría aquí, porque cuando alguien se va o está enfermo, uno se ve alcanzado de trabajo y uno reconoce que ellos hacen mucho y sirven mucho. Para uno es esencial tener un trabajador”.

La jornada empieza a las 7 a.m. hasta 3 o 4 pm. “Algunos son muy prácticos y aprenden a pelar y a desgranar rápido, pero eso sí es como la práctica de la gente. Mientras más esté el chócolo en el capacho más buena queda la arepa, porque uno podría comprar chócolo desgranado, pero ya está viejo, deshidratado, entonces es mejor comprar el bulto de chócolo e ir pelando y desgranando, es mucho mejor la calidad de la arepa”. Luego viene el proceso de moler, asar, enfriar y empacar.

Todos los trabajadores son capacitados sobre manipulación de alimentos, cada año, en el SENA y Comfenalco. Además, reciben cursos de marketing, código de barras, Invima, área contable y financiera, entre otros.

Margarita es consciente de que el producto es bien recibido, por la fidelidad de sus clientes, desde hace mucho tiempo. Tanto supermercados como particulares refieren a otros compradores. “Yo pienso que sí hemos aportado un poquito a la sociedad, con la empresa y con los trabajadores, no sé qué tanto”.

“Yo quiero mucho la empresa, hicimos un esfuerzo muy grande y no hemos dejado de trabajar. La esperanza es seguir, crecer un poquito más, aunque a veces lo frenan a uno cosas como escasez de chócolo, que está muy caro. También, tecnificar un poquito, porque ahora todo es muy manual” afirma Margarita.

Cómo se gestó la idea
“Yo veía en el mercado unas arepitas que me parecían un engaño, porque eran una mezcla de chócolo y harina. Yo empecé a tratar de sacar una arepita que fuera telita, económica, de chócolo puro”, recuerda Margarita. La empresa nació el primero de febrero del 2000 y su esposo, Luis Albeiro, la acompañó en esta aventura. También, ayudaron mucho Amparo hermana de ella y Omaira –nena- hermana de él.

“Empezamos con kilitos de chócolo. Cuando ya hacíamos medio bulto nos parecía un montón”… risas… “Y fuimos creciendo…teníamos un apartamentico en el Porvenir y ya nos quedó chiquito, nos fue sacando a nosotros de la casa, la empresita. Y luego, ahorrando y con préstamo logramos conseguir aquí un lotecito y hacer la casa y ya gracias a Dios está libre, ya no debemos”.

Inicialmente, un préstamo de ACTUAR por 3 millones de pesos, les permitió  comprar lo básico: una máquina de moler, una mesa, tres planchitas y los utensilios más necesarios. “Luego con trabajo fuimos creciendo un poquito y comprando más planchas. En este momento tenemos 18 planchas”.

Para el transporte de arepas siempre han tenido un carro, como herramienta de trabajo. Pertenecía a Luis Albeiro desde que cumplía labores agrícolas.

El nombre Dora”itas” surgió de las mismas arepas. “Sacamos muchos nombres, cuando teníamos que bautizarlas… nos pusimos un día a mirarlas y las vimos así...”

La famiempresa Arepas Dora”itas” ha sido invitada a participar en varias Ferias de alimentos, organizadas por entidades de Medellín y Rionegro, donde ha recibido el reconocimiento del público.


Sede Dora"itas"






Si Usted quiere comunicarse con Margarita Buitrago en Arepas Dora”itas”, llame al teléfono 561 39 98  o escriba al correo doraitas@hotmail.com  Rionegro, cerca a Medellín, Colombia.