Mujeres conjuran el hambre
con huertas agroecológicas
“Ya no hay
hambre en mi casa. A veces, no tenía que darle de comer a mis muchachos, ahora
sí. No tendré una casa bonita, pero al menos no aguanto hambre. La tierra nos
da la forma de comer saludable y tener hijos nutridos. Conseguir para comer es
muy fácil. Antes, yo hacía arepitas y luego resultó lo de las huertas, un
ingreso más en el hogar”.
Así se
expresa Blanca Elena Serna Jaramillo, quien se acogió al programa de huertas
agroecológicas, que lidera la Empresa de Desarrollo Urbano –EDU-, en las
laderas Orientales y Occidentales de Medellín, Colombia. Acompañan este proceso,
el Banco Arquidiocesano de Alimentos y la Fundación Salva Terra.
Blanca Elena
vive en el barrio El Faro de la comuna 8, cerro Pan de Azúcar, donde empezó el
programa piloto de las huertas. Allí, comparte con su hijo Federico Sánchez y
su nieto Juan David Serna, ambos de ocho años. Esta madre cabeza de familia,
viuda hace seis años, tiene siete hijos. “Lo orgánico es lindo, me ha traído
muchos beneficios, porque uno vende una lechuga y compra arroz o una libra de
panela”,
Para llegar a
las huertas agroecológicas de El Faro, es necesario atravesar los barrios
Boston, Enciso, Los Mangos y Llanaditas.
Blanca y otras mujeres, madrugan a trabajar
en la huerta comunitaria. Siembran
sin químicos y usan material orgánico. Cosechan lechuga, zucchini, papa
criolla, remolacha, zanahoria, col china, espinaca, repollo verde y morado, brócoli,
cebolla, apio, tomillo, perejil, ajo, ají, acelga de colores y criolla, aromáticas
como limoncillo y otros. Son más de 25 cultivos.
| Blanca Elena Serna, cuida cada detalle, en la huerta agroecológica comunitaria |
Blanca Elena
llegó a Medellín, hace 18 años, desde la vereda La Tolda del municipio de Santa
Fe de Antioquia, desplazada por su situación económica. “En el campo trabajaba
la tierra, pero no de forma orgánica. Ha sido una experiencia maravillosa comer
saludable y cuidar el medio ambiente. Si tenemos tierra y no la sabemos
trabajar, ¿para qué la queremos?”.
Esta líder
comunitaria cocina con leña. Utiliza energía prepago para alumbrar, desde hace
cinco años. No tiene agua potable. Ésta, le llega a través de acueducto
veredal, proveniente de la quebrada “La Castro” de Santa Elena, que irriga
fuera de El Faro, los barrios Pacífico, Altos de las Torres, Llanaditas y Golondrinas.
El alcantarillado es comunitario. Sólo hay un teléfono público para la gente,
en el sector. Algunas personas tienen celular.
Su vivienda
de ladrillo, tablas de madera y techo de zinc, pertenece al estrato 1. Tiene 35
gallinas que empezaron a poner huevos y de las cuales aprovecha la gallinaza
para la huerta.
| Blanca E., con el Coordinador del programa de huertas de la EDU, Eduardo Londoño Escobar |
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| Obra lograda por Blanca Serna. Foto cortesía de Juan Guillermo Sanmartín |
| Labor integral en la huerta, realiza Blanca Elena |
Blanca Elena Serna es
delegada del Presupuesto Participativo, por lo que logró para su barrio
senderos peatonales, pasamanos y muros de contención. Además, es integrante de
la Veeduría ciudadana, del Camino de la vida. Con bingos y otras acciones
obtuvo escaleras, para 20 familias de su entorno.
Hasta hoy, se han establecido 22 huertas agroecológicas
en las laderas de Medellín, las que han beneficiado a 390 familias, es decir,
unas 1.560 personas, con una inversión superior a $1.700 millones de pesos. Son
unos 32.000 metros cuadrados de comida orgánica-mineralizada, aquí en la
ciudad. Estas huertas comenzaron a finales de 2013 y hacen parte del Jardín Circunvalar.
La meta es llegar a 25.
Nancy Rentería, otra líder
comunitaria dice: “La huerta ha generado cambio de alimentación e integración.
Muchas veces, sólo comemos arrocito y una ensaladita bien deliciosa. Pero, a
veces le digo a una vecina -tengo para hacer unos frijolitos y ella me regala
un pedacito de garra-. Así, intercambiamos”.
El sueño de
Nancy es exportar, crecer con buena cosecha y que el comercio sea grande. Que
todo el mundo las reconozca. Ella, está dispuesta a enseñarle a quien tenga un
patio o una tierra, para que maneje su propia huerta.
Afirma que
aprendió agroecología y que se vinculó a la huerta asociativa, desde hace seis
meses, por medio del Jardín Circunvalar. Algunos de sus hijos tienen empleo en
el Jardín. Sus hijas, colaboran en la huerta y con la venta de productos.
| Nancy Rentería sueña con exportar, por eso está entregada a la huerta agroecológica |
| Jóvenes como Daniela, ayudan en la huerta. Aquí, con su mamá, Nancy |
Nancy es
desplazada del barrio La Chinita de Apartadó, donde mataron a su esposo. Llegó
a Medellín hace 19 años. Vino con tres hijos y aquí tuvo otros dos.
En cuanto a El Faro, expresa que hubo mucha
violencia, existían fronteras invisibles. Los muchachos permanecían en las
esquinas y a las 6 p.m. empezaban a tirar bala de un lado, y del otro
respondían. Del miedo, algunos dormían debajo de la cama. Las personas que
trabajaban no podían llegar a sus casas y debían amanecer en otra parte. Ahora,
con el Jardín y las huertas, todo cambió.
Además, Nancy
Rentería participa en un programa de la EDU sobre reciclaje, por lo que tiene
asignadas 50 viviendas en el barrio Llanadas, donde va los martes por la
mañana. Se hace al día entre $7.000 y $15.000 pesos. Cuando le prometen camas,
armarios y otros enseres domésticos, ya tiene encargos por parte de sus
vecinos.
Eduardo Londoño Escobar, ingeniero agrónomo,
Coordinador del programa de huertas de la EDU, considera maravillosa la experiencia:
“Más del 75% de las personas que hemos formado, son mujeres que vienen del
campo, desplazadas de manera forzosa o voluntaria, con vocación agrícola, lo
que ha facilitado su formación en agroecología, obtención de productos para
autoconsumo y venta de excedentes. Ha sido muy exitoso este proceso, con
mujeres de zona de ladera”.
Con las
huertas agroecológicas la EDU busca recuperación y sostenibilidad ambiental,
mejoramiento y conservación del suelo, mitigación del riesgo y seguridad
alimentaria para los pobladores.
En el cerro
Pan de Azúcar, propiedad del municipio de Medellín, viven en asentamientos
irregulares, desplazados de zonas rurales de Antioquia y otros departamentos. La
Unidad de Protección del Cinturón Verde, controla la llegada de nuevos
asentamientos en zonas de alto riesgo no mitigable.
Hoy, Medellín
tiene huertas comunitarias agroecológicas en las comunas 1, 3, 6, 8, y en el
corregimiento de Santa Elena.
| Las huertas agroecológicas están integradas al Jardín Circunvalar, en el cerro Pan de Azúcar Al fondo, la ciudad de Medellín |
| Camino de la vida, cercano a las huertas agroecológicas |
| Otro aspecto del Camino de la vida, que conduce a las huertas |
| Silletas y huertas dan vida al Pan de Azúcar. Al fondo, la cima del cerro |
Impacto social
El ingeniero agrónomo, David Villegas, director ejecutivo de la Fundación Salva Terra afirma que la
estrategia, inicialmente, nace de las comunidades. “Ellos dicen qué quieren sembrar
y consumir. A partir de ahí, empezamos las siembras planificadas, de la mano de
ellos”.
La Fundación Salva
Terra brinda capacitación sobre el uso del suelo, preparación de abono orgánico
con estiércol de cerdo, chivo, caballo, gallina, vaca, etc. También, sobre la
siembra en laderas, manipulación de semillas, cosecha de productos, importancia
de los alimentos, preparación de ensaladas, recetas y oferta en el mercado.
Con las huertas
agroecológicas se busca trabajo en equipo, para trascender desde lo social a lo
familiar y al individuo. Los agricultores y líderes se ven como empresarios, lo
que genera rentabilidad social en el territorio.
Según el
ingeniero Villegas, hay familias que antes vivían con 20 o 30 mil pesos al mes.
Hoy, los ganan en una semana. Esto, no mejora totalmente la calidad de vida,
pero, tienen acceso al alimento, a la comercialización y al trueque.
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| Blanca Elena Serna clasifica las hortalizas, producto de su trabajo |
| Productos orgánicos nutritivos y de alta calidad |
| Blanca Elena exhibe una lechuga orgánica |
Mercadeo de hortalizas
Los productos
agroecológicos se venden en los mercados campesinos del parque La Presidenta,
en el Poblado, todos los domingos hasta el medio día. Igualmente, en mercados
locales, como en el barrio 13 de Noviembre y en tiendas. También, se mercadea
puerta a puerta, manejo que hace, directamente, la Fundación Salva Terra.
Con el Banco Arquidiocesano de Alimentos, los
cultivadores tienen acceso al bazar de trueque, en el que intercambian
alimentos, por productos de aseo y hogar. Además, con este Banco se ha logrado
articular el alimento producido en las laderas, para más de 22 instituciones
que manejan población vulnerable de ciudad, ya sean niños, jóvenes o adultos
mayores.
En cuanto a
precios de los productos, son iguales o por debajo del precio convencional, a
pesar de ser agricultura orgánica, de mayor calidad y valor nutricional.
Según David
Villegas, “Medellín importa el 99% de alimentos, lo que requiere es comida. Aquí,
hay un comercio que nos está pidiendo y tenemos una demanda alta, tratemos de
abastecerlo. Luego de cumplir eso, nos podemos ir a otros sectores”.
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| Mercado campesino, en el parque La Presidenta de El Poblado |
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| Muchas personas buscan alimentos orgánicos, para mejorar su salud |
Si Usted quiere comprar alimentos orgánicos, vaya los domingos a.m. al Mercado campesino del parque La Presidenta, en El Poblado. También, puede comunicarse con el ingeniero agrónomo Eduardo Londoño Escobar en el teléfono 576 76 30 ext. 215, correo eduardo.londono@edu.gov.co Medellín, Colombia.





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